Ya hemos comentado en varios artículos la importancia de los productos silvestres en la gastronomía extremeña, productos que se recogen en el campo en distintos momentos del año. Uno de estos productos son los cardillos o tagarninas (scolymus hispanicus), una planta rastrera que crece pegada al suelo, de forma redondeada y tallos que pueden medir entre 30 y 40 centímetros y hojas espinosas. Suelen abundar en los sembrados o en los márgenes de los caminos durante los primeros meses de la primavera, sobretodo en marzo y abril. Típica de zonas templadas, como el área mediterránea, los cardillos no pasan en un muchos lugares de ser una mala hierba que se deshecha. El hambre y la necesidad llevaron sin embargo a los habitantes de regiones como la extremeña a incorporarlos a su dieta y a prepararlos de diversas maneras, en guisos, revueltos o ensaladas. A pesar de su origen humilde, se trata de un auténtico manjar, aunque difícil de encontrar hoy en día.
Del cardo o cardillo se aprovecha fundamentalmente el nervio principal o penca. Para sacarlo hay que “pelarlo”, sujetando con una mano la planta por la raíz y con la otra arrastrando los dedos hasta la punta para quitar las hojas, que se solían reservar para dar de comer los animales. Una vez pelados, los cardillos se trocean y cuecen durante 30 minutos y ya están listos para cualquier preparación. Antiguamente, cuando la necesidad hacía que se aprovechase todo, las raíces servían para preparar una infusión, debido a sus propiedades diuréticas. Y eso no es todo! Las flores se utilizan como cuajo para prepara quesos como por ejemplos las deliciosas tortas de la Serena. ¡Eso sí que es sabiduría gastronómica!
Tratándose de un producto que se recoge silvestre es difícil de encontrar en zonas donde no se consuma y sobretodo en las grandes ciudades. Hay una empresa cacereña, productos silvestres Julián Martín, que los comercializa bajo la marca El Campanillo, ya limpios, cocidos y envasados al vacío, listos para comer.
En nuestra página encontraréis muchas de las maneras como se preparan en Extremadura. Para aquellos que no los hayáis probado nunca, no dejéis pasar la oportunidad de probar esta verdadera delicia de la gastronomía extremeña.
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