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El pimentón de la Vera


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Somos pimentoneras,

Todas sabemos coger pimientos,

Lo mejor de la vera, niña hechicera,

Es nuestro acento,

Lo mejor de la vera, niña hechicera,

Es nuestro acento.


Levántate temprano,

Entre los pimentales,

Que un mozo muy serrano,

Te espera ufano con los costales

Que un mozo muy serrano,

Te espera ufano con los costales


Uno de los productos más emblemáticos de la región de Extremadura es el pimentón, que se elabora principalmente en la zona de la Vera, al norte de la provincia de Cáceres, con denominación de origen. Este condimento se obtiene del secado y la molienda de algunas variedades de pimiento rojo (fundamentalmente ocales).


Llegado, como tantos otros productos, del continente americano, el pimiento se empieza a cultivar en Extremadura a partir del siglo XVI. Según cuenta la tradición, fueron los monjes del monasterio de Yuste quienes lo introdujeron en la comarca de la Vera, cuyo clima, particularmente húmedo y cálido, es propicio para el cultivo de este producto. Hoy en día, sigue siendo, junto a la región de Murcia, una de los grandes productores del país y de Europa.


El pimiento para el pimentón se recoge durante los meses de otoño, antiguamente el proceso de recogida lo llevaban a cabo mujeres, llamadas pimentoneras, que trabajaban por día, realizando duras jornadas de más de 8 horas. Eran los hombres quienes después se encargaban de transportar los pimientos. Como el proceso de recogida se lleva a cabo durante uno de los momentos más lluviosos del año, se tuvieron que construir secadores o sequeros, edificios de planta cuadrada y de dos pisos en cuya planta superior se depositan los pimientos que se secan gracias al calor y al humo producido por la leña de roble y encina que se queman en el piso inferior. Este proceso de secado que dura entre 10 y 15 días es laborioso: cada tres o cuatro horas hay que “atizar” el fuego para que no baje la temperatura y cada día hay que “rodear” los pimientos, es decir darles vueltas para que se sequen de forma uniforme. Se trata de un proceso lento y cansado ya que se trabaja a altas temperaturas y con muchas humedad, pero es imprescindible para que el pimentón adquiera ese sabor y ese aroma ahumado tan característicos. Después del secado se procede al despezonado de los pimientos, trabajo también de las mujeres veratas, que se sientan delante de las casas en unas sillas bajas o directamente en el suelo, sobre esterillas de esparto, y proceden a “quitarle el pezón” al pimento, siempre a mano. Después los pimientos regresan al sequero y después de un último proceso de secado ya están listos para ser llevados al molino.


El pimentón tiene muchos usos en la gastronomía extremeña, en primer lugar en el proceso de elaboración de chacinas procedentes de la matanza del cerdo, como chorizos o adobos. También se utiliza en la elaboración de algunos platos, como en las sopas de ajo o en las migas cacereñas. Pero su utilización está cada vez más extendida, incluso en elaboraciones dulces, como mermeladas, lo cual refleja la versatilidad de este producto y su capacidad para potenciar el sabor de los alimentos. Utilizándolo en vuestros platos, daréis un toque extremeño a vuestros menús.

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