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Perrunillas


Es sin duda uno de los dulces más emblemáticos de la gastronomía extremeña, aunque también se preparan en otras regiones españolas limítrofes como en Castilla y en Andalucía. Se trata de una especie de galleta muy ligera que se deshace en la boca. Aromatizadas con un poco de aguardiente o de anís, las perrunillas poseen ese sabor sutil que las hace tan especiales. En invierno, acompañadas de una taza de chocolate son simplemente una delicia.

Aunque no se trate de una receta difícil, a mi me gusta, siempre que puedo, comprarlas en alguno de los fantásticos obradores de los conventos extremeños, donde las monjas continúan preparando estas auténticas joyas de la dulcería tradicional.

250 gr de harina (la cantidad puede variar ligeramente según el tipo de harina)

100 gr de azúcar

125 gr de manteca de cerdo

1 huevo

1 ralladura de limón

1 cucharadita de aguardiente o de anís

½ cucharadita de levadura

1. Lo primero es atemperar la manteca de cerdo, para lo cual la sacaremos de la nevera unas horas antes.

2. Ponemos el horno a precalentar a 180º.

Separamos la clara de la yema del huevo. En un bol batimos bien la manteca junto a la yema y el azúcar hasta obtener una pomada. Añadimos la ralladura de limón y el aguardiente/anís y seguimos mezclando.

3. Acto seguido, vamos incorporando la harina con la levadura poco a poco. Trabajamos la masa con las manos hasta que no se nos pegue en las manos.

* Puede que no necesitemos echar toda la harina o que tengamos que añadir un poco más. Tendréis que ir probando, ya que las proporciones manteca – harina pueden variar. Éstas determinarán la textura final de las perrunillas (que sean más o menos duras).

4. En un platito aparte, batimos bien la clara de huevo que habíamos reservado, hasta que quede espumosa. Y disponemos otro plato con azúcar.

5. Y ahora viene el toque final: cogemos un poquito de masa y formamos una especie de croqueta que aplastamos un poco con los dedos (más o menos aplastada según la forma que nos guste; tened en cuenta que la perrunilla perderá un poco de altura en el horno y crecerá en ancho). Con un pincel pintamos uno de las superficies con la clara y la volcamos por ese lado en el plato con azúcar, de manera que se forme una especie de costra.

6. Vamos poniendo nuestras perrunillas en la bandeja de hornear (yo la cubro con papel de hornear). Y las cocemos a 180º unos 15 o 20 minutos, hasta que veáis que adquieren un color doradito.

7. Las sacamos y dejamos enfriar, con cuidado de no tocarlas porque de lo contrario se nos desharán (hay que esperar que estén frías para poder manipularlas).

Conservación: estas galletas se conservan muy bien bastante tiempo, así que si queréis podéis doblar las cantidades y hacer más cantidad para llenar unas cuantas cajas y regalar a vuestros amigos y familiares!

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